la tienda

sábado, noviembre 17, 2007

de sandra

Esa tienda llena de dulces es el universo. Los dulces de la tienda son la miel de mi mundo. Es el paraíso terrenal que anduve buscando y ya encontré. Los tesoros parecen envueltos en arco iris. Yo puedo ver mariposas revoloteando, hipnotizándome con su aletear, obligándome a mirarlas fijamente a través de esa vitrina. Pero se escapan de mí. Y no puedo atravesar esa burbuja. Una burbuja eterna cuyo fin es alejarme de mis deseos. Mis dedos se adhieren al frío metal que me congela el deseo por un instante. Si tan solo mis manos no estuviesen atadas podría realizar mi sueño. No hay perfumes, sólo me miran y me hacen probar en mi mente la dulzura de sus colores. No soy feliz hasta no conseguir uno de ellos, y el frío dorado en mi mano lo cambio por una envoltura que contiene todo el sabor que mi lengua necesita. [u1]

Puedo imaginar el ser una abeja y no dejo de pensar en ello, tanto endulzarme la memoria. Pero se acabará la luz y tendré que volver desde las tinieblas al mismo lugar, a desear otra vez aquello que no tengo y que deseo tanto poseer. Cada vez que piso la tienda es entrar a donde los rayos del sol me iluminen el rostro. No hay cosa para mí mejor que un dulce. Imagino que se siente así la bondad en el mundo. Yo todavía soy pequeño y no conozco mucho aún, pero sé que a todos les gusta endulzarse la vida. Los adultos vienen a comprar dulces a sus hijos, uno lo puede ver en sus dulces miradas. Hay tanto que probar que uno se siente al pie de mil caminos, eligiendo tan solamente uno para este día, y eso hace que, para mí, el regresar aquí todos los días sea descubrir algún mundo nuevo otra vez. De esos mundos que nunca acaban.[u2]

Una de ellas, que veo ahora, comparte su casa con siete hermanas, todas son iguales, podríamos decir que nacieron iguales, cada una a las demás. Ambas tienen el mismo semblante, y si tú las quieres llevar a algún lugar tienes que llevarlas juntas. Unas son morenas, otras son blancas. Unas son dulces y otras no. Pero todas tienen algo de especial que provoca probarlas. Una galleta es así. Pero no es sólo una galleta porque vienen en familias numerosas. La que yo observo es de una familia de ocho. Ellas van perfumadas de acuerdo a la ocasión, no necesariamente son dulces, ero las que yo observo son dulces como mi abuelita cuando yo hago algo bueno. Me gusta pensar en mi abuelita, me gustan esas galletas. Se deshacen en mi paladar como un diente de león en primavera, me gusta que se amolden a mí, se vuelven parte de mí. La dulzura se va integrando a mí. Me gusta pensar que soy la tierra, donde el diente de león que se ha deshecho vuelve a nacer. La dulzura aflora de nuevo, y yo me convierto en un niño dulce, y feliz.[u3]


[u1]Espacio

[u2]niño

[u3]galleta

Universe Lover
-dzargok- "Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad" - Héctor Tassinari

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