otra noche fuera de casa

Hambre, a eso se resume lo acontecido hoy. Al principio no era de esperarse, con un buen desayuno en casa de Miguel Z. Partimos hacia la universidad temprano, para llegar a las 8 horas. Yo tenía el examen final de filosofía a las 11 horas y tenía que aprovechar todo el tiempo para terminar de estudiar todo lo que me faltaba (lo cual era bastante), al fin llegó la hora de dar examen y abandoné la mesa del grupo para ir solo, solo conmigo mismo a dar mi examen. Lo terminé relñativamente rápido. Mucho antes de la hora límite. El profesor se apareció en el aula para pedirme un libro suyo que me había prestado. Para vergüenza mía no lo llevaba conmigo en ese momento y bueno he de devolverlo la próxima semana, después de que operen al profesor. Regresé a la mesa de estudio, ahora tocaba gestión de empresas. No almorcé por aprovechar al máximo el tiempo de estudio. El estómago se sintió celoso por la atención que le daba yo a mi cerebro y me castigó como sólo el estómago lo sabe hacer. Otra vez a leer y memorizar, un poco difícil en medio de bromas pesadas, ya que desde la última vez que estuvimos en grupo fui el blanco de muchas, relacionadas a mi poca habilidad con el fútbol fui a dar en el banquillo. Me dio un gran dolor de cabeza, el estudio más el hambre, y llegó la hora del examen. Lo dí y me salí del salón dos horas antes que concluyera. Dí una caminata con Mario conversando de cosas y situaciones anecdóticas y futuras, en el carro juntos también, y al final fui a dar a mi casa. Cuánto la extrañaba, yo no sé decirlo con palabras pero quizás si pudieran verme apoyar la cabeza contra mi almohada entenderían a través de mi expresión cuánto puedo yo extrañar mi lugar original. Y ahora sí a dormir hoy sin preocupación, porque mañana no habrá examen... tan sólo el sentimiento de haber dado mal los dos de hoy, y ojalá que quede en un sentimiento vago...